Programa Actualización Científica sin Exclusiones (ACisE)

Informes comentados


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Informe
Autor del informe original
Julio Néstor Busaniche
Columnista Experto de SIIC
Institución: Sanatorio Santa Fe
Santa Fe Argentina

Síndrome de apnea-hipopnea del sueño, depresión y tromboembolia de pulmón
En este caso clínico, se destaca la coexistencia de distintas afecciones que podrían justificar en forma total o parcial los síntomas que motivaron la consulta.

Resumen
creemos importante compartir nuestras experiencias en la atención de esta paciente por varios motivos. Por un lado, la coexistencia de distintas patologías que podían justificar total o parcialmente los síntomas que motivaron la consulta, como la embolia pulmonar y el síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS). Por otro lado, porque algunas de las manifestaciones clínicas detectadas podían obedecer al estado de ánimo de la paciente y a su antecedente de depresión (diagnosticada y tratada por psiquiatra), y queríamos medir su respuesta al tratamiento. Por último, por la evolución clínica favorable que se observó rápidamente, documentada en los estudios cardiológicos adjuntos, pero que también alcanzaba a la esfera psicológica, y que atribuimos, en primer lugar, al uso del CPAP (por su sigla en inglés, presión positiva continua en la vía aérea), junto con el resto del tratamiento instituido.


Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
http://www.misiicsalud.com/des/casiic_profundo.php/135582


Comentario
Autor del comentario
Roberto Parodi 
Coordinador del Servicio de Medicina Interna, Hospital Universitario Centenario de Rosario, Hospital Universitario Centenario de Rosario, Rosario, Argentina


Muy interesante caso clínico de un paciente con multimorbilidad, donde la obesidad aparece como nexo y génesis que condiciona la aparición de las diferentes patologías y factores de riesgo. El cuadro clínico y el examen físico orientan con alto índice de sospecha a la presencia de apnea-hipopnea del sueño. Síntomas y signos como somnolencia diurna, ronquidos y episodios de pausas respiratorias durante el sueño, en un contexto de obesidad mórbida, cuello “corto y grueso”, sumado a los hallazgos de laboratorio como la poliglobulia, indicador indirecto de hipoxemia, permiten arribar al diagnóstico definitivo de síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS) a través de la confirmación con la polisomnografía. Una mención merece el tratamiento antihipertensivo, consistente en 500 mg/día de alfametildopa, 20 mg/día
de enalapril, 25 mg/día de hidroclorotiazida. Por un lado, la alfametildopa no es de uso habitual fuera del contexto de hipertensión en el embarazo, la dosis utilizada de una vez al día tampoco es la usual y su perfil de efectos indeseables, especialmente somnolencia y acción centrales, no lo hacen un fármaco para esta paciente con SAOS. Con respecto a la hidroclorotiazida, un diurético tiazídico con aceptable potencia antihipertensiva y con evidencia de beneficios en el tratamiento de la hipertensión arterial, pero con un perfil de efectos adversos, especialmente metabólicos: hiperglucemia, dislipidemia, hiperuricemia que en esta paciente preferiría evitarse. Si bien no conocemos sus valores de lípidos y ácido úrico, ya que padece diabetes mellitus y obesidad grave, la asociación con otros trastornos metabólicos es muy frecuente, por lo cual se podría evitar su uso, o en todo caso preferir un diurético de menor efecto metabólico como la indapamida. Igual es necesario recordar que el objetivo primario con mayores beneficios demostrados es el adecuado control de la presión arterial, por lo que en caso de necesitarse para disminuir la presión arterial estos fármacos pueden utilizarse, salvo que exista una contraindicación absoluta. Esta paciente podría utilizar un antagonista de los canales de calcio como amlodipina, pero estimo que la presencia de edemas periféricos quizá limitó su indicación. Otra opción interesante para el tratamiento de la hipertensión arterial en caso de requerir asociación de fármacos en el contexto de esta paciente, son los antialdosterónicos como espironolactona o eplerenone. Se ha demostrado en pacientes con SAOS la asociación con aldosterona relativamente alta y alto volumen vascular, si bien la asociación con IECA puede aumentar la probabilidad de hiperpotasemia, sigue siendo una opción interesante. Por último, la sospecha diagnóstica de un tromboembolismo pulmonar es moderadamente elusiva en este caso. La ausencia de hipocapnia, no se describe al examen físico la ingurgitación yugular, ni aumento de R2 a la auscultación cardíaca que hagan sospechar hipertensión pulmonar, como tampoco un cuadro clínico de disnea súbita, dolor torácico, esputo hemoptoico, y aparece como un hallazgo -estimo que “inesperado”-, en la angiotomografía de tórax. Si bien la asociación con obesidad se encuentra establecida, sumado a una probable insuficiencia venosa o estasis venoso periférico por sobrecarga de cavidades derechas, queda el interrogante de si son causas suficientes para la aparición de enfermedad tromboembólica venosa, o sería necesario evaluar otras causas de trombofilias, entre ellas las asociadas con neoplasias, especialmente en el grupo etario de la paciente. En resumen, un caso clínico sumamente interesante, con varios puntos de aprendizaje y cuya evolución sería conveniente seguir en el tiempo, tanto del SAOS y su tratamiento, como de los factores de riesgo cardiovasculares y el difícil control de la obesidad. Copyright © SIIC, 2019

Palabras Clave
apnea, hipopnea, depresión
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
M Thind
Institución: Lankenau Institute for Medical Research and the Heart Center,
Wynnewood EE.UU.

Eventos Adversos en Pacientes con Fibrilación Auricular Asintomática
Los pacientes con fibrilación auricular asintomática no presentan diferencias significativas en la frecuencia de eventos adversos embólicos y de otro tipo, en comparación con los pacientes con fibrilación auricular sintomática.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/159455


Comentario
Autor del comentario
Nicolás Zavaley 
Cardiólogo especialista en Cardioangiología Intervencionista y Hemodinamia, Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento, Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento, CABA, Argentina


Teniendo en cuenta que la fibrilación auricular es la arritmia sostenida más común en todo el mundo, y que su incidencia es aproximadamente de hasta un 3%, probablemente siga en crecimiento a medida que aumenta la expectativa de vida; pero este aumento de la incidencia no solo se explica por el incremento de la longevidad poblacional lo cual nos pone frente a un escenario muy interesante. Sabemos que se asocia con mayor riesgo de eventos tromboembólicos que en los pacientes sanos, aumentando los días de internación y disminuyendo la calidad de vida cada año de los pacientes afectados. La fibrilación auricular es cada vez más diagnosticada en su estado asintomático, por telemetría en pacientes internados, por análisis de memoria de dispositivos implantables, por
programas de pesquisa, y por dispositivos caseros, lo que nos ha permitido tener cada vez más pacientes con fibrilación auricular asintomáticos que acuden a la consulta médica. La mayoría de los estudios observacionales se realizan en pacientes sintomáticos y no reflejan los datos del mundo real; y muchos pacientes asintomáticos podrían tener peor pronóstico por la demora en el diagnóstico de la arritmia y por lo tanto en el retraso de la implementación del tratamiento óptimo con anticoagulantes. Si bien el estudio ORBIT AF tiene muchas limitaciones, nos muestra que el riesgo de accidente cerebrovascular, eventos tromboembólicos en regiones distintas del sistema nervioso central, sangrado mayor y muerte fue similar en pacientes con fibrilación auricular sintomáticos como asintomáticos, y nos aporta información valiosa en cuanto al pronóstico de los pacientes asintomáticos, por lo que se debería hacer énfasis en el tratamiento de estos individuos.
Para un futuro próximo se deberían realizar más estudios aleatorizados prospectivos para optimizar el tratamiento de los pacientes asintomáticos. Copyright © SIIC, 2019

Palabras Clave
embolismo, riesgo, asintomática, fibrilación auricular
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
L Frazzoni
Institución: University of Bologna,
Bolonia Italia

Clasificación del Esófago Hipersensible
En opinión de los autores, los pacientes con esófago hipersensible deben considerarse dentro del espectro de la enfermedad por reflujo gastroesofágico y ser tratados de acuerdo con este diagnóstico.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/158447


Comentario
Autor del comentario
Beatriz Benítez Rodríguez 
Hospital Universitario "Virgen Macarena", Hospital Universitario "Virgen Macarena", Sevilla, España


En la actualidad, el espectro de la enfermedad por reflujo gastroesofágico incluye entidades donde la pehachimetría y la endoscopia digestiva alta son normales, como es el caso de la hipersensibilidad esofágica. Se postula que en estos pacientes con hipersensibilidad esofágica están involucrados, al menos, cuatro mecanismos fisiopatogénicos: a) Hipersensibilidad visceral de los mecanorreceptores esofágicos: el propio reflujo, sin necesidad de ser ácido, puede estimular los mecanorreceptores esofágicos provocando la sintomatología de pirosis (determinada mediante la distensión esofágica con balón). La mayoría de los pacientes con pirosis no ácida presentan hipersensibilidad a la distensión esofágica con balón y a la perfusión de ácidos biliares. Las bases neurofisiológicas de dicha hipersensibilidad aún no están establecidas, postulándose una respuesta periférica exagerada a impulsos sensitivos normales así
como un procesamiento cognitivo anormal de estos impulsos. b) Contracciones mantenidas de los músculos longitudinales esofágicos (detectadas mediante ecografía de alta frecuencia). Un esófago hiperreactivo y poco distensible puede provocar síntomas de pirosis en ausencia de reflujo ácido. c) Alteración de la función de la barrera epitelial esofágica: la dilatación de los espacios intercelulares del epitelio esofágico (observada mediante microscopia electrónica). d) Factores psicosociales (estrés, ansiedad, escaso apoyo social): aunque es conocido que el estrés puede aumentar la percepción de reflujo gastroesofágico en hasta 2/3 de los pacientes que sufren dicho estrés, su aportación a dichos síntomas aún no es bien conocida. La impedancia intraesofágica multicanal, originaria de 1991, permite medir la conductividad eléctrica de la luz esofágica a través de dos electrodos muy próximos entre sí. Se define como la proporción entre corriente y voltaje, medida en ohmios. Para ello se debe colocar un catéter con una serie de electrodos a lo largo del esófago, permitiendo detectar el movimiento las contracciones musculares y la dirección del bolo alimenticio. Así, la impedancia aumenta con el paso de aire o durante la contracción del músculo esofágico y disminuye durante el paso (anterógrado o retrógrado) del bolo alimenticio/contenido gástrico.
Los catéteres a usar para la impedanciometría van a depender de la edad del paciente. Cada catéter tiene un diámetro de 2.13 mm (6.4 French) y cuenta con siete sensores distribuidos en todo su largo, obteniendo así seis lecturas de los diferentes niveles esofágicos. El catéter debe colocarse por vía intranasal, dejando el sensor de pH a 5 cm del esfínter esofágico inferior. Para realizar la impedanciometría se aconseja que sea en pacientes ambulatorios, para no alterar su estilo de vida habitual, previo ayuno de tres horas. Durante el estudio el paciente debe tener dieta normal pero evitar tanto los alimentos fríos como los excesivamente calientes, los alimentos ácidos y las bebidas gaseosas, el consumo de chicles (para evitar la hipersalivación); así como los fármacos procinéticos (dos días antes de prueba), antihistamínicos (tres días antes) e inhibidores de la bomba de protones (siete días antes de la prueba). La importancia de la impedanciometría radica en el concepto ya aceptado de que en la enfermedad por reflujo gastroesofágico existen otros factores (más allá de la cantidad/duración/concentración de hidrogeniones en la luz esofágica) que influyen sobremanera en la aparición de síntomas de reflujo gastroesofágico ante la normalidad de una pehachimetría o endoscopia digestiva alta. La incorporación de la impedanciometría multicanal intraluminal al estudio del reflujo gastroesofágico permite la caracterización y el tratamiento adecuado de pacientes con hipersensibilidad esofágica (en quienes persisten los síntomas a pesar de suprimir el ácido), en los que su no diagnóstico conlleva a un manejo no adecuado de sus síntomas, cuya repercusión en la calidad de vida es la misma que en los pacientes con reflujo gastroesofágico típico. Copyright © SIIC, 2019

Palabras Clave
enfermedad por reflujo gastroesofágico, impedanciometría, ERGE refractaria a los inhibidores de la bomba de protones, impedanciometría basal, onda peristáltica posreflujo
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
Alfonso Mateos Colino
Columnista Experto de SIIC
Institución: Hospital Xeral Calde de Lugo
Lugo España

Disnea y Derrame Pleural Izquierdo Masivo como Presentación De Disección de Aorta Descendente
Se presenta el caso de un paciente que acudió a urgencias por disnea intensa. La historia clínica, la situación de bajo gasto cardíaco y el derrame pleural masivo serohemático llevaron a la sospecha de disección aórtica.

Resumen
Se describe el caso clínico de un paciente que acudió al servicio de urgencias por disnea intensa de instalación subagudo. Se llegó a la sospecha de disección aórtica por medio de la historia clínica, el síndrome de bajo gasto cardíaco y el derrame pleural masivo en las imágenes, con características serohemáticas en el análisis de laboratorio.


Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
http://www.misiicsalud.com/des/casiic_profundo.php/111908


Comentario
Autor del comentario
Juan Pedro Calisaya Medrano 
Médico emergentólogo, La Paz, Bolivia


El presente caso clínico de una disección de aorta descendente nos orienta a determinar la conducta por la clínica, a intervenir con estudios de imágenes y concretar un diagnóstico que para muchos puede tener características fatales. El paciente respondió al tratamiento; el estudio de radiografía AP (anteroposterior) de tórax nos muestra la masiva ocupación de sangre en todo el hemitórax izquierdo y luego de la toracocentesis se realiza tomografía axial computarizada de tórax que muestra un aumento del diámetro de la aorta descendente torácica y compromiso de espacio por el hemitórax.
El desenlace de estos casos inmediatamente puede ser una muerte súbita, pero por fortuna el paciente respondió a la intervención inmediata. La terapéutica va desde un tratamiento médico hasta estabilizar el cuadro (manejo
de la hipotensión arterial, manejo del dolor y la posterior intervención quirúrgica de acuerdo con la complicación). Este caso, en mi opinión personal, quizás tuvo resolución con cirugía de cierre endovascular. Simultáneamente a lo anterior debemos establecer el tratamiento definitivo. En el paciente clínicamente estable la decisión se basa en la localización anatómica según la clasificación de Stanford o de DeBakey. Una consulta rápida con el cirujano cardíaco es obligatoria, independientemente de la localización de la disección de aorta (DA), pues es imposible predecir qué complicaciones pueden ocurrir y cuándo. Las disecciones que afectan a la aorta ascendente (tipo A de Stanford) son una emergencia quirúrgica. En las de tipo B, sin afección de aorta ascendente, el tratamiento médico es superior a la cirugía o el tratamiento endovascular, que se reservan para los casos que presentan complicaciones: expansión del aneurisma, progresión de la DA, signos de malperfusión, o hipertensión arterial incontrolable. En la disección tipo A aguda se indica la resección de la porción proximal de la aorta y toda la aorta aneurismática y su sustitución por un tubo sintético, con recambio de la válvula aórtica si está afectada o resuspensión de los velos valvulares aórticos nativos cuando esto es posible. Si se trata de una tipo II de DeBakey (solo aorta ascendente) se debe resecar toda la aorta disecada. Las intervenciones endovasculares no están aprobadas para la DA ni otras patologías que afecten la aorta ascendente ni el arco. En la DA tipo B solo se indica la intervención en caso de complicación, como ya se dijo. En los no complicados, dos de cada tres casos se controlan bien solo con tratamiento farmacológico y el tercio restante necesita cirugía programada. Los de tipo B complicados necesitan cirugía de emergencia y tienen una mortalidad muy elevada. No hay estudios aleatorizados que comparen los resultados del tratamiento endovascular con la cirugía convencional. El tratamiento endovascular puede ser especialmente útil en los pacientes de mayor riesgo para la cirugía abierta, por su edad o comorbilidad, pero es necesario para la técnica un buen acceso vascular y disponer de suficiente espacio de aorta sana donde anclar la endoprótesis (Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud).
Copyright © SIIC, 2019

Palabras Clave
disnea, derrame pleural, disección aórtica
Especialidades
E.gif   MI.gif         C.gif   Ci.gif   CI.gif   DI.gif   DL.gif   N.gif   
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